TEXTO : TRAVEL BY MEXICO
Dicen que “Las penas con pan son buenas” y si se acompaña con un caballito de tequila tal vez mejores. Por tradición, costumbre, festejo e incluso trabajo, una cantina es el punto de reunión y el pretexto perfecto para reunirse y dejar atrás, por lo menos unas horas, la ajetreada vida cotidiana y adentrarse a un mundo diferente.
En la Cantina confluyen muchas y variadas historias, algunas verdaderas y otras tal vez solo ficción y drama para sazonar el momento. Pero, a quién le importa si es verídica o no la historia, lo fundamental es pasar un buen momento en compañía del amigo, de la familia, el compadre, el colega, la cita amorosa y todos los personajes que puedas imaginar.
En México, la cantina es una experiencia que todos deberían vivir más de una vez en su vida
Las hay clásicas y tradicionales, ubicadas en edificios históricos, con cuadros de la gente importante que concurrió el lugar y relatos hechos leyenda; las hay versátiles y modernas, con pistas para bailar y juego de luces. Las encontramos para todo tipo de prepuesto y en todas las ciudades de nuestra hermosa República Mexicana.
A pesar de las adaptaciones y diferencias que puedan tener unas con otras, debemos destacar lo que todas tienen en común: las Cantinas son sinónimo de comida abundante, tragos variados, música en vivo o Djs; algunas con espectáculo incluido, pero sobre todo diversión y esparcimiento llenos de tradición.
Todo comenzó con la aparición de las tabernas en el siglo XVI, las cuales se fueron transformando en bares y salones a la usanza del viejo oeste, hasta que aproximadamente en el siglo XVIII el estilo de nuestras cantinas tomaron forma. Hoy día podemos observar que la noche dejó de ser el único horario para concurrir este tradicional sitio, pues la mayoría se ha adaptado a la vida y ajetreo actual de sus clientes, brindando sus servicios desde el turno vespertino para los comensales que gustan del tradicional menú que casi siempre está conformado por platillos de la región, estado o localidad donde se ubique.
El tipo de festejo en una Cantina Mexicana no tiene límite, pues sus clientes lo mismo celebran un cumpleaños que una graduación, una pedida de mano o el cierre de un negocio, el gol del equipo favorito o el ascenso de puesto en la oficina, la cena de fin de año o el nacimiento del ahijado; todo, prácticamente todo, encuentra un escenario perfecto para brindar en una cantina.
Pero, si de curar penas se trata, también nos ofrece alternativas, siempre existe un amable mesero quien seguramente tendrá a la carta la recomendación ideal para curar, cual chamán, la pena que te acongoje.
¿Imaginas la experiencia que nuestros cantineros han recopilado a lo largo de la historia? ¿Cuántos consejos, palabras de aliento, chiste o anécdota del día y leyendas de vida tendrán para ofrecernos? Despedir al pariente que se nos adelantó, una ruptura amorosa, el amigo que se fue a otro país, perder la apuesta y hasta la pena que te aqueja cuando tu auto se lo ha llevado la grúa.
Cantantes, bohemios, escritores, músicos, pintores han encontrado en nuestras cantinas la fuente de inspiración que los han llevado al éxito. De ello, José Alfredo Jiménez y Chavela Vargas son dignos representantes.
SALUD!